Alemania, República Checa, Austria y Hungría
Capitales de Europa Central en 12 días
- Viena
- Budapest
- Praga
- Berlín
- Alojamiento
- Vuelos incluidos
- Algunos traslados incluidos
- Solo desayunos
- Actividades
Las fiestas populares de República Checa se celebran con gran entusiasmo y alegría en todas las localidades del país. Esta actitud está propiciada, en parte, por la dura opresión comunista a la que fue sometido el pueblo checo, durante la cual se le privó de la celebración de sus antiguas tradiciones. Cuentan con trece fiestas nacionales, de las cuales destacamos las más especiales.
La Navidad se celebra en casi todo el mundo pero en este país se hace con verdadero fervor. Las calles se llena de luz y color y las plazas se llenan de mercadillos. En las calles se venden algunos de los productos típicos de estas fechas. El svařák, es un vino caliente muy especiado con un rico sabor que se sirve para acompañar el trdelník un dulce tradicional que consiste en una masa de harina que se asa enrollada sobre un pincho de madera.
Tiene lugar el 4 de diciembre. Según dicta la tradición los checos deben cortar la rama de un cerezo de 10 años o más y ponerla en un jarrón en la casa de una mujer soltera. Se dice que si la rama florece antes de la víspera de la Navidad, significará que la mujer se casará en el siguiente año. El 5 de diciembre es San Nicolás, una fiesta similar a nuestro día de Reyes Magos. En fin de año se toman lentejas para atraer la buena suerte o se comen 4 nueces para asegurarse una buena salud.
Otro de los eventos de República Checa es la Pascua que está más relacionada con la primavera que con la tradición cristiana. También se venden huevos de Pascua adornados de colores. El lunes se celebra una procesión de niños que cantan canciones. Estas fechas se celebran en familia y se toma mazanec, un pastel de almendras y limón con el dibujo en una cruz encima.
La fiesta de la Quema de Brujas es una de las fiestas populares de República Checa más curiosas y mágicas. Se celebra la noche del 30 de abril y es una tradición que se remonta al medievo. Por aquel entonces se creía que las brujas se escondían en las montañas para practicar magia negra con el diablo. La gente de los pueblos utilizaban amuletos para protegerse de las maldiciones y encendían hogueras para quemar a estas mujeres. La tradición se mantiene hoy día pero el ambiente es más festivo. La Quema de Brujas se celebra quemando muñecos de paja que representan a las brujas mientras las mujeres bailan alrededor y los hombres saltan sobre el fuego.
Tiene lugar el día 1 de mayoy es una de las fiestas populares de República Checa más populares. Las parejas se acercan al parque Petřín, en Praga y se besan bajo un cerezo. Si el día de los enamorados se celebra el primero de mayo es a causa de un conocido poema de Karel Hynek Mácha llamado Maj que significa, precisamente, Mayo.
Otra de las festividades de República Checa es Fiesta de la Plata, que tiene lugar a finales de junio en la localidad de Kutná Hora, también conocida como “Caja del Tesoro”. Es una fiesta que celebra la llegada del rey Venceslao IV junto a su esposa Sofía. Las calles se engalanan, se hacen duelos de caballeros y se organizan desfiles y espectáculos de fuegos artificiales.
Es uno de los eventos en República Checa más pintorescos. Se celebra en junio en la ciudad de Cesky Krumlov y es un homenaje a la familia Rosenberg, que gobernó la ciudad durante más de 300 años. Ese día se hace una fiesta medieval, donde se recrean los oficios de la época y se hace un espectacular desfile de antorchas. También se representa una sorprendente partida de ajedrez viviente.
Tiene lugar el 15 de mayo y se conmemora la liberación del país de la opresión de la Unión Soviética. Se llama así por el florecimiento cultural y social que pudo disfrutarse en la antigua Checoslovaquia, al menos durante un periodo, hasta que los soviéticos aplastaron los sueños de libertad de la nación. Se celebra interpretando música clásica.
Tiene lugar en los meses de junio y julio en Straznice, Moravia. Miles de personas se reúnen para ver o participar en el concurso de Verbunk que es la danza tradicional de República Checa.
Se celebra en julio y es uno de los festivales de cine más antiguos del mundo. Durante la Guerra Fría fue anulado pero en los años 90 pudo recuperar su importancia y su prestigio. Los premios que se conceden son los Globo de Cristal y se celebra en una estación termal de gran lujo.
Los checos están especialmente orgullosos de su folklore que tiene siglos de historia y les encanta mostrar sus tradiciones a los turistas. Por eso, si viajas a este país, te recomendamos que lo hagas durante alguna de las peculiares festividades de República Checa.
SABER MÁSSi te preguntas qué comer en República Checa debes saber que no pasarás hambre ya que los platos que se sirven son grandes y abundantes, perfectos para el viajero que ha pasado todo el día recorriendo el país.
La gastronomía de República Checa está influenciada por la cocina austriaca y alemana. Y también por el clima y por el tipo de productos que se cultivan entre los que se encuentran el trigo, las patatas, las legumbres y la carne. Aunque la cocina es variada, los checos tienen gran predilección por la carne, sobretodo la ternera y el cerdo.
Estos son algunos de los platos que se pueden encontrar en los restaurantes y que todo turista debe degustar.
Uno de los platos más típicos de República Checa son las sopas, entre las que se encuentra la bramboračka. Es una sopa hecha con patatas, verduras y champiñones, aderezada con especias. Se toma como entrante y sienta especialmente bien en los días fríos.
El koleno es codillo de cerdo asado y es un plato muy popular entre los checos. La carne se prepara marinada con cerveza y hierbas antes de asarla. Se sirve en un pedazo bien grande acompañado de mostaza, encurtidos o pan checo.
Otro de los platos que comer en República Checa es la svíčková, una receta muy elaborada y representativa de la cocina el país. Se elabora con solomillo de ternera con una deliciosa salsa checa que se prepara con verduras, que pueden variar según los productos locales. Lo que sí se mantiene es la zanahoria para darle su color naranja característico. Es una receta muy antigua que se remonta a 1826 y desde entonces no ha variado en su preparación.
Este es el plato estrella de la gastronomía de República Checa. Es la prueba definitiva de lo amantes que los checos son de la carne. Para preparar este plato se usan partes del cerdo como la cabeza, el jamón o el lomo. Como guarnición se sirve repollo y dumplings. Cada pieza de carne está sazonada con cebolla, ajo, pimienta y comino.
Los knedlíky o dumplings también son alimentos muy populares de la gastronomía de la República Checa. Consisten en trozos de masa cocida y pueden ser salados o dulces, y suelen utilizarse como guarnición en distintos platos. Se encuentran en forma de bola, o hechos un rulo para poder trocearlos. También se pueden preparar rellenos de carne o bien de frutas para servirlo de postre.
El goulash es un plato indispensable que comer en República Checa. Es propio de la cocina húngara, aunque la versión checa no tiene nada que envidiarle. En realidad no se parecen mucho, ni en sus ingredientes ni en la presentación. El goulash checo consiste en carne estofada que se acompaña con salsa y knedliky (o dumplings). Es tradición servir el goulash dentro de una hogaza de pan a la que se le ha retirado la miga.
El nakládaný hermelín este aperitivo es muy popular en el país. Puedes pedirlo en cualquier pub para acompañar una rica cerveza checa. Es un queso de sabor suave macerado en aceite, ajo, pimientos y otras especias. Se acompaña con pan checo y pimiento o cebolla.
También hay algunos dulces que comer en República Checa que disfrutarás especialmente si eres una persona golosa. Estos son los más tradicionales.
En el casco histórico de Praga se encuentran numerosos puestos donde se vende el trdelnik que es un rollo de masa que se cuece poco a poco atravesado por una barra para que quede hueco. Se espolvorea con azúcar y frutos secos y también se puede rellenar con helado.
Esta es una receta de la gastronomía de la República Checa que se remonta a principios del siglo XVII. Por aquel entonces era un postre que se servía en las bodas. Consiste en unos panecillos rellenos de compota de frutas. También existe una versión salada en la que el relleno está hecho a base de queso o jamón.
Otro de los platos típicos de República Checa es el ovocné knedlíky que son una especie de albóndigas que se han rellenado con frutas y recubiertas de requesón o mantequilla. También se venden cubiertas de canela, chocolate o jengibre.
La cerveza es una bebida muy apreciada por los checos, que cuentan con antiguas fábricas que se remontan al año 993. La cerveza checa se considera todo un símbolo nacional y un orgullo para los expertos.
Se cuenta que la receta original era una remedio para el dolor de barriga, y con los años se fue transformando hasta lo que es hoy. Es una bebida única y muy representativa del país. Está preparada con una serie de hierbas y especias, que le aportan un sabor sutilmente amargo pero delicioso.
La comida y la bebida en República Checa se sirve en grandes cantidades y es muy sabrosa y especiada. Algo que disfrutarán enormemente los turistas aficionados a la gastronomía.
SABER MÁS
Para saber qué comprar en República Checa no tendrás que esforzarte demasiado ya que se trata de un país con una gran tradición que han sabido volcar en sus souvenirs. Además, podrás encontrar artículos pintorescos a precios muy interesantes.
Estas son algunos productos típicos de República Checa que querrás llevarte a casa.
Se inspiran en cuentos locales y leyendas checas y se realizan de forma artesanal. Las hay de todos los tamaños, representando distintos personajes. Cada marioneta tiene su propio rostro individual y su carácter único. El teatro de títeres y marionetas es uno de los emblemas del país. Si quieres adentrarte en esta tradición, debes visitar el Museo de Marionetas en Pilsen.
También llamado cristal de Bohemia. Cuenta con un enorme prestigio a nivel mundial por su belleza y calidad. Existen varias fábricas de cristal en el país donde se trabaja el vidrio por el método del soplado y después se talla a mano para crear distintos objetos. Algunas marcas de lujo siguen proporcionando artículos de lujo de cristal checo a la aristocracia y las casas reales. Pero también se pueden encontrar opciones para presupuestos más humildes.
Otro producto que comprar en República Checa, es la conocida como piedra de sangre, por su intenso color rojo. Es una gema muy apreciada que, según la leyenda, tiene la mágica virtud de transformar la tristeza en alegría. Los granates auténticos deben llevar su correspondiente certificado. En la época medieval era un elemento que lucían reyes y nobles, pero en la actualidad está al alcance de todos y se utiliza para decorar todo tipo de joyas y accesorios.
Estos barquillos son un dulce tradicional y popular en República Checa. Son obleas gigantes que se pueden encontrar, con distintos sabores, en los puestecitos del centro de la ciudad del mismo nombre. Se toman frías o calientes y también se venden empaquetadas en supermercados para regalar.
Karlovy Vary también ofrece una bebida propia y de gran tradición ya que comenzó a producirse en 1807. Tiene un porcentaje de alcohol elevado (hasta 38%) y su sabor es exquisito, gracias a la calidad de aguas de la ciudad y el alcohol empleado. También se usa azúcar natural y contiene hasta 32 hierbas y especias diferentes.
En el centro de la capital se ubica la tienda Art Dekor donde se pueden adquirir originales souvenirs de República Checa. La propuesta de este establecimiento son regalos, accesorios y juguetes fabricados artesanalmente a mano. Originales colores y formas para artículos de todo tipo, desde muñecos y peluches hasta objetos decorativos.
Esta tienda se encuentra en Praga, en una casa cubist llamada "De la Virgen Negra”. En esta tienda-museo encontramos réplicas de obras de artistas vanguardistas así como objetos y muebles restaurados y creaciones contemporáneas con diseños modernos.
Estudio Qubus Design fue inaugurado en 2002 por el diseñador Maxim Velčovský cuyas piezas expresan una gran creatividad mezclada con un peculiar humor. También hay lugar para objetos que hacen referencia a la tradición artesana del país, junto a diseños más contemporáneos.
Dónde Comprar productos típicos de República Checa
Los mercadillos son ideales para que el turista los visite durante su viaje y en la ciudad de Praga hay varios de ellos que hay que conocer.
Se encuentra en Havelská y tiene una enorme variedad de productos distintos. Desde alimentos como frutas y verduras de producción local hasta artesanías hechas con distintos materiales. Aquí podrás encontrar también las tradicionales marionetas de madera. Es un mercado pintoresco que merece la pena conocer.
Se ubica en el número 306 de Bubenské nabrezi y es uno de los mercados más populares de la capital. Hay de todo, desde alimentación hasta artículos de moda. Hay que tener en cuenta que algunas de las marcas que encuentres pueden ser imitaciones.
Este mercado se encuentra en Kolbenova, ubicado en un enorme patio muy antiguo. Se muestran una variedad de objetos curiosos, la mayoría antigüedades y artículos de segunda mano. Para entrar a este mercadillo hay que pagar una entrada a un precio simbólico de menos de 1€. Es una visita ineludible donde encontrarás muchas cosas que comprar en República Checa.
Por supuesto también hay zonas comerciales en las calles más céntricas de Praga donde se establecen las boutiques y marcas de lujo. A poca distancia del casco histórico de la ciudad se hallan distintos centros comerciales como Arkády Pankrác, Nový Smíchov o Atrium Flora donde se puede pasar una agradable tarde comprando souvernis de República Checa.
Brno es la segunda ciudad más grande del país después de Praga y es la capital histórica de Moravia. También es una localidad emblemática para hacer compras, sobre todo en el popular centro comercial Galería Vaňkovka.
SABER MÁSLa República Checa, también conocida como Chequia, es un país centroeuropeo, rico en historia y uno de los destinos turísticos más populares de Europa; en particular, su fascinante capital de cuento de hadas, Praga, el epicentro de la mayoría de los viajes a la República Checa.
Sin litoral y situada entre Polonia, Eslovaquia, Austria y Alemania, la República Checa ofrece a los viajeros algo más que ciudades encantadoras, también la oportunidad de mirar a través del espejo en la historia de Europa en general, debido a su ubicación central, con una historia llena de acontecimientos.
A lo largo de los siglos, la República Checa ha sido un campo de batalla y un patio de recreo para reinos e imperios, por lo que muchas reliquias interesantes se han quedado en el país. Innumerables castillos, mansiones y monasterios se encuentran dispersos por toda Chequia, muchos de los cuales se encuentran entre campos y montañas boscosas, como el impresionante castillo Bouzov en la colina o las ruinas del castillo de Rabi.
Praga es el centro de atención cuando se trata de viajar a la República Checa, pero las ciudades como Brno en el sur y el hermoso balneario de Karlovy Vary no se pueden pasar por alto. Por supuesto, una de las característica más conocidas del país es su inmejorable escena cervecera. Una larga historia de elaboración de la cerveza combinada con una tendencia al alza de la cerveza artesanal con visión de futuro lo convierte en el destino de Europa más querido para los aficionados a esta bebida.
La República Checa tal y como la conocemos hoy, no surgió hasta el siglo IX, con el establecimiento del Ducado de Bohemia. Antes de este tiempo, tanto las tribus celtas y germánicas como los eslavos habían habitado la región de Europa central. En 921, el famoso rey Wenceslao heredó el trono de Bohemia, convirtiendo el reino al cristianismo. Poco después, a principios del siglo XI, Bohemia se convirtió en parte del Imperio Sacro Romano y continuó desempeñando un papel importante en la región durante la Edad Media.
Se puede decir que la Edad de Oro de Bohemia es el siglo XIV, cuando se fundaron muchos de sus monumentos más emblemáticos y Praga floreció como un centro de aprendizaje y cultura.
Tanto el Puente de Carlos y la Plaza de Carlos, lugares de interés que hay que ver en un viaje a República Checa, se establecieron durante esta época, así como la Universidad Charles, en la actualidad la más antigua y más grande del país.
El gobierno del Sacro Imperio Romano llegó a su fin en 1806 y Bohemia se integró en el imperio Austro-Húngaro.
Después de la Primera Guerra Mundial, Checoslovaquia se formó tras el colapso del imperio de Habsburgo, abarcando muchas minorías étnicas diferentes en un solo estado. Esto causó una serie de luchas dentro del nuevo estado, especialmente para parte de la población alemana, que deseaba la independencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia fue anexionada y ocupada por Alemania, un momento difícil en la historia checa. Cuando la guerra llegó a su fin en 1945, casi toda la población alemana fue expulsada por la fuerza más allá de las fronteras de Checoslovaquia, justo cuando Checoslovaquia se convirtió en parte de la Unión Soviética, bajo la cual permaneció durante los siguientes 41 años.
La llamada Revolución de Terciopelo de 1989 trajo un retorno pacífico a la democracia para Checoslovaquia al romper sus lazos con la Unión Soviética. En 1993 se dividió en los dos estados separados de Eslovaquia y República Checa en circunstancias igualmente pacíficas. Desde entonces, la República Checa se ha dedicado a la integración en los mercados mundiales y hoy forma parte de la Unión Europea y la OTAN.
Aunque las escapadas a Praga son una de las opciones más populares para viajar a la República Checa, la belleza de las atracciones naturales de este país no pueden pasarse por alto. Colinas, bosques densos y valles de ríos verdes son solo algunos de los paisajes inspiradores. Un clima templado asegura veranos agradablemente cálidos e inviernos nevados.
La República Checa es el hogar de una serie de parques nacionales, quizás el más famoso de ellos es el Parque Nacional Krkonose, una reserva de biosfera designada situada en la frontera con Polonia. Las montañas de Krkonose cubiertas de niebla se encuentran dentro del parque, donde puedes esperar encontrar paisajes alpinos, bosques finos y campos de nieve en polvo.
Las cuevas de Punkva son otra atracción natural imperdible por descubrir en un viaje a la República Checa. Este sorprendente sistema de cuevas subterráneas tiene senderos para caminar que permiten a los visitantes descubrir poderosas estalagmitas y estalactitas mientras navegan por un fascinante mundo subterráneo. Incluso existe la posibilidad de hacer una excursión en bote por un río subterráneo que atraviesa el sistema de cuevas.
Uno de los paisajes naturales de la República Checa más singulares es Hruboskalsko, una extraordinaria formación rocosa compuesta por cientos de torres de arenisca. Los temerarios acuden en masa al parque para escalar estas rocas, mientras que una escalera de caracol permite a los viajeros menos aventureros subir a la cima del Mirador Hlacatic para obtener impresionantes vistas panorámicas.
Debido a la situación de la nación en el corazón de Europa, su cultura ha sido moldeada por una variedad de influencias. El idioma oficial es el checo, pero el eslovaco es ampliamente hablado, y aunque se hable este idioma, la República Checa se inclina hacia la Europa occidental de muchas maneras cuando se trata de cultura. Sin embargo, una serie de tradiciones y costumbres folklóricas perduran hasta nuestros días.
En Bohemia del Sur y Moravia, la cultura popular sigue viva y celebrada, particularmente en los meses de verano, cuando los checos se ponen la ropa tradicional en esta temporada de festivales. En un circuito por la República Checa, se puede presenciar cantos, bailes, música en vivo y locales adornados con ropa colorida si se tiene la suerte de asistir a una celebración tradicional de folklore durante la visita.
Históricamente, los checos se han caracterizado por ser tolerantes y de mente abierta, y hoy el país es considerado uno de los lugares más seculares del mundo, con un 75% de su población que afirma no estar afiliado a ninguna religión.
Por supuesto, parte del atractivo de la República Checa es su próspera cultura cervecera siendo el hogar de la cerveza moderna, que fue inventada en Plzen en 1842, y por ello, los checos beben más cerveza que cualquier otra nación del mundo. Si quieres experimentar la verdadera cultura checa durante tu viaje a la República Checa, asegúrate de visitar una modesta hospoda, un tipo de bar tradicional donde puedes pedir una cerveza y fabricar una pinta con los lugareños.
Desde las calles de cuento de hadas de la histórica Praga hasta la campiña ondulada del sur de Bohemia y las aguas termales de Karlovy Vary, un viaje a República Checa siempre es una buena idea, ya seas un aficionado a la historia, un viajero urbanita o un amante de la cerveza.
Moneda
Corona Checa.
Idioma
Checo, Inglés.
Web oficina de turismo
Electricidad
220 V. No requiere adaptador.
Otra información útil
Debe dejarse una propina entre el 5 y 10% del total de la cuenta.
Rambla de Catalunya, 2-4, 5ª planta, 08007 Barcelona, España | US: 80 Southwest 8th Street Brickell Bayview, Miami, FL 33130, United States