Hubo una época en la que la antigua Persia dominaba el mundo. Es por ello que viajar a Irán significa conocer uno de los imperios más importantes de toda la Historia de la Humanidad. Elamitas, medos, aqueménidas, seleúcidas, partos, sasánidas y árabes han dibujado la apasionante crónica de este país.
Su actual población, de 80 millones de habitantes, aúna diversas etnias como persas, kurdos, turcos, lors, árabes, tucomanos o balochis, cuya amabilidad y calidez con el visitante es un hecho que salta a la vista tan pronto como pisas suelo iraní.Este país de Asia Meridional comparte fronteras con Turquía e Irák en el oeste, Azerbayán y Armenia al noroeste, Turkmenistán al noreste, Pakistán y Afganistán al este y las aguas del mar Caspio y del océano Índico del golfo Pérsico bañan sus costas por el norte y el sur respectivamente. Está dominado por una meseta rodeada de diversas cadenas montañosas como los Montes Zagros y los Montes Elburz, mientras que en el centro y la mitad oriental imperan los desiertos, como el de Lut o Kavir.
El paisaje se ve salpicado por las típicas construcciones caravanserai, antiguas posadas o fondas de adobe y ladrillo de la Ruta de la Seda en las que se alojaban los hombres, se almacenaban sus mercancías y descansaban los animales en las etapas entre ciudades.
El petróleo, la lana para elaborar las apreciadas alfombras, los cereales, el algodón, el tabaco, el pistacho, el arroz y las plantaciones de té en el norte son la base de su economía.
En los viajes organizados a Irán no te puedes perder los concurridos bazares, que representan el corazón de las ciudades, son auténticos laberintos cubiertos con techos y bóvedas de ladrillo con olor a cuero, lanas, especias y humanidad. En ellos, tejedores de alfombras, orfebres, miniaturistas, estampadores y especieros entre otros, realizan el trabajo a la vista del público.
La vida fluye serena entre las mezquitas, las plazas y los cafés, en los que se sorbe el shai con un terrón de azúcar o ghant entre los dientes y se fuma nargile. Esta forma de fumar tabaco aromatizado con una pipa de agua se inventó en este país.
Irán es historia, es lujo arquitectónico, es jardín del paraíso, es olor a especias, es Oriente Medio, es hospitalidad acogedora, es cuna de poetas, es historias de emperadores, concubinas y sirvientes, es atardeceres ventosos, es sensualidad persa, es paisaje desértico, es el cuento de las mil y una noches.
Un viaje a Irán es un sueño fascinante que sorprende por su magia inesperada, convirtiéndose en una auténtica perla para incluir en la lista de deseos de los más "viajados".