Descubre el Marruecos más desconocido

Atlas, Marruecos

La puerta de entrada a África ofrece variedad de paisajes que van desde el verde y el blanco de la cordillera del Atlas en Marruecos, al dorado del desierto del Gran Sur y el azul intenso del horizonte con el que se despiertan cada mañana los pueblos de la costa. Esta división de más de cuatro mil metros de altitud, que separa el clima seco del húmedo, guarda entre sus imponentes picos algunas de las maravillas naturales del país: espectaculares cañones y ríos de agua cristalina que se convierten en un paraíso para los amantes de la escalada y los deportes de aventura.

La ruta comenzaría en su capital, Marrakech, cuyas calles se reparten la mayor parte del turismo del país. Esta vibrante ciudad ofrece al viajero una incursión inicial en la cultura marroquí, donde su medina y la plaza Yamaa el Fna se convierten en el epicentro de la vida de los locales. Los olores de las especias, los sabrosos tés o el arte del regateo estarán presentes durante toda nuestra estancia. El contraste del maravilloso caos de la capital lo encontramos de camino a Ouarzazat, la llamada puerta del desierto. Según nos vamos acercando al Gran Sur, la orografía se vuelve mucho más árida e inhóspita.

La espesa vegetación de la cordierra del Atlas se entremezcla con las casas de piedra y adobe de los bereberes. Esta etnia ha logrado conservar su forma de vida tradicional, a pesar del turismo. No hay que temer, están acostumbrados a ver a los viajeros, a quienes reciben con los brazos abiertos o con una taza de xai (té).

Marruecos más desconocido

Una de las paradas indispensables es el kasbah de Telouet, la antigua fortaleza de la tribu de los Glaui que antiguamente dominaba toda la región. Más adelante, llegando a Ouarzazat, encontraremos uno de los pueblos más conocidos del sur de Marruecos: Ait Ben Hadu, una maravilla amurallada de piedra y adobe famosa por servir de escenario a numerosas películas y series de televisión como Lawrence de Arabia y Juego de Tronos. Los estudios cinematográficos se ubican en Ouarzazat, el Hollywood marroquí. Son los Atlas Studios, los más importantes del país y uno de los más extensos del mundo. Aquí se filmó La momia, Gladiator o La guerra de las galaxias, entre muchas otras. En sus inmediaciones, además, se encuentra el kasbah de Taourirt, otra de las fortificaciones amuralladas de los Glaui que se puede visitar.

En este punto tenemos la posibilidad de seguir el trayecto hasta Merzouga y contemplar la belleza de las gargantas del Tondra; o continuar hasta la costa por la provincia de Taroudant hasta llegar a Agadir. Los más aventureros optarán por la primera de ellas para dirigirse hasta Tinerhir, una ciudad a los pies del Atlas rodeada de un inmenso palmeral desde donde parten muchas de las excursiones que se adentran hasta las gargantas del Tondra. Sus acantilados son el principal reclamo de los escaladores, mientras que el agua cristalina de su río es el lugar ideal para darse un baño en los calurosos días de verano. En la ciudad también hay posibilidad de alquilar un 4×4.

El destino final sería Merzouga, un pequeño pueblo a orillas del Erg Chebbi, el único erg del Sáhara en Marruecos. Menos conocidos son los pueblos de sus alrededores como Takoujt, Tanamoust, Hassilabied y Zagora, donde se pueden encontrar excursiones para adentrarse por el desierto y pasar la noche en el Gran Oasis.

Agadir, Marruecos

La ruta que va hacia la costa ofrece un contraste de paisajes con extensos campos verdes, zonas áridas del desierto y espesos palmerales. El camino nos lleva hasta Taroudant, conocida como la pequeña Marrakech debido al bullicio de sus zocos y su gran colorido. No muy lejos está Tafraoute, el Marruecos perdido situado dentro del Antiatlas donde se suceden formaciones de granito con muy diversas formas como los Thor o piedras caballeras. Aquí se halla su homónimo pueblo que, a pesar de que no es muy turístico, su color ocre lo convierte en una de las postales más bellas de la región. Como si hubiera salido de Las mil y una noches, Tafraoute es el lugar idóneo para comprar babuchas, fabricadas a mano por los locales.

Aunque la ciudad más turística de esta zona de la costa Atlántica es Agadir, con gran oferta hotelera, restaurantes y un gran puerto comercial y deportivo, en sus alrededores de camino hacia Essaouira encontramos otros pequeños pueblos costeros menos conocidos pero a rebosar de encanto. Estos son Taghazout, rodeado de montañas y de playas espectaculares donde acuden los amantes del windsurf; el cabo Rhir, donde el Atlas se hunde en el mar; y Tamri, rodeada de dunas y conocida por producir el popular aceite de Argán.

Desde las montañas del Atlas hasta las costas bañadas por el Oceáno Atlántico, pasando por el desierto y ciudades llenas de encanto, Marruecos es un destino que no te puedes perder.

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