Ciudades que inspiraron a grandes artistas

ciudades que inspiraron a grandes artistas

Cuando la belleza de un lugar queda inmortalizada en una canción, una novela, el cuento más famoso del mundo, la escena de una película o en la sala de un museo. Estos lugares son el lugar perfecto para buscar la inspiración que tantos grandes artistas en ellos encontraron.

Arlés

Vicent Van Gogh

Arlés, Francia

La ciudad francesa de Arlés sirvió de inspiración a un buen número de pintores. Uno de ellos fue Vicent Van Gogh, quien ensimismado por su luz y el color que desprendía, se instaló en ella en 1888. En menos de 15 meses, el pintor holandés realizó más de 300 cuadros, algunos de ellos tan conocidos como Los girasoles, La silla de Van Gogh, La casa amarilla o Café La Nuit. Los tres primeros fueron realizados en la misma casa donde vivió en Arlés, cuya fachada continúa siendo una de las más fotografiadas junto con el café, el punto más turístico de la ciudad. Otro de los lugares que inspiraron sus obras fue el puente Langlois, el muelle del Ródano, el puente de Trinquetaille o los jardines del bulevar de Lices.

Edimburgo

Robert Louis Stevenson

Edimburgo, Escocia

Las leyendas e historias que envuelven a la oscura pero encantadora ciudad de Edimburgo no han pasado desapercibidas para muchos de los escritores que han destacado en la capital de Escocia. Entre ellos, Robert Louis Stevenson, quien tiene su propio memorial en los jardines de Princess Street. Aunque una de sus obras más memorables, Dr Jekyll & Mr Hyde, se desarrolla en Londres, la historia está inspirada en una de las leyendas más conocidas de Edimburgo: Deacon Brodie. Este hombre de negocios, concejal, ebanista y cerrajero era uno de los más respetados de la ciudad hasta que se descubrió que por las noches utilizaba la copia de sus llaves para entrar a robar en las casas. Esta doble vida, por la que fue ahorcado posteriormente, fue la que hizo a Stevenson reflexionar sobre la bipolaridad, el bien y el mal.

Oslo

Edvard Munch

Oslo, Noruega

La capital de Noruega presume de haber tenido entre sus ciudadanos ilustres al artista internacional Edvard Much, quien vivió al noreste de la ciudad, en el barrio de Grünerløkka. Su célebre obra El grito, una de las pinturas más conocidas y valoradas del expresionismo, es uno de los mayores reclamos de los cuadros expuestos en la Galería Nacional de Noruega. Tal y como el autor explicó en su diario, en 1892, Munch creó su obra maestra después de un paseo con dos amigos por la colina de Ekeberg cuando, al ponerse el sol, comenzó a sentir ansiedad y ganas de gritar. El paisaje representado en el cuadro son las vistas de la colina hacia el fiordo de Kristiania.

Montreuil sur Mer

Víctor Hugo

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El dramaturgo Victor Hugo paró en el pequeño pueblo de Montreuil sur Mer prácticamente de casualidad. Volvía de Bélgica y se dirigía a París. Su estancia, por lo tanto, fue muy breve. Apenas paró a comer algo en el restaurante del hotel de Francia y a descansar unas horas. Desde la habitación 12b fue donde escribió a su mujer para contarle las anécdotas de su viaje. Entre ellas, que el lugar no tenía mar, algo que le había decepcionado. Años más tarde, las personas que sin saberlo se cruzaron con él por las diminutas calles del pueblo pudieron verse reflejadas en su célebre novela Los miserables, inspirada en Montreuil sur Mer. En agradecimiento, hoy los vecinos representan la obra para los visitantes todos los veranos.

Tahití

Paul Gauguin

Tahití, Polinesia francesa

El pintor Paul Gauguin tuvo muchas ciudades que le inspiraron en su carrera: Copenhague, París, Arlés, Panamá… Sin embargo, su frustración por no llegar a vender sus cuadros hizo que el artista quisiera dar un cambio de rumbo a su vida y decidiera dejarlo todo para rodearse de la naturaleza salvaje y virgen, lejos de la imagen de occidente. Así es como llegó a Tahití, donde decidió pasar allí sus últimos días. Su integración en las tribus locales, el paisaje y la nueva cultura le sirvieron de inspiración para crear algunas de sus obras más afamadas: Mujeres de Tahití, Dos mujeres tahitianas, ¿De dónde venimos, qué somos, dónde vamos? O ¿Cuándo te casas?

Madrid

Joaquín Sabina

Madrid, España

Considerado como el mayor cronista de la capital, Joaquín Sabina nos invita a recorrer la ciudad a través de las letras de sus canciones. Así nos lo dejó entrever sutilmente en Pongamos que hablo de Madrid, para acabar hablándonos de algunos de sus rincones más transitados como Tirso de Molina, el barrio donde vive; o la Puerta del Sol, que inspiró muchas de sus canciones. Tampoco podía faltar el popular barrio de Malasaña, donde se encuentran muchos de los bares en los que se desarrolló la Movida madrileña y donde el compositor escribió su afamada canción Por el bulevar de los sueños rotos, así como Más de 100 mentiras. En esta ruta tampoco puede faltar Atocha (Yo me bajo en Atocha) o La Latina, donde en la antigua Mandrágora Sabina grabó su primer disco.

Sáhara

Antoine de Saint-Exupéry

Sáhara

Saint-Exupéry era un reconocido piloto que solía hacer la ruta entre Toulouse y Dakar. Se estrelló sin grandes daños en numerosas ocasiones, aunque no fue hasta 1935 cuando se cayó en el Sáhara mientras competía en una carrera de París a Vietnam cuando se inspiró para hacer uno de sus cuentos más afamados: El principito. Precisamente, así es como empieza la obra, con un aviador tratando de arreglar su avión en medio del desierto, con sed, sin agua y que acaba conociendo a un pequeño hombre que asegura venir de otro planeta cuyo único habitante es una flor. Uno de los mejores libros de la literatura universal.

Liverpool

The Beatles

Liverpool

Liverpool cuenta con una de las mejores bandas sonoras del mundo: The Beatles, el cuarteto inglés más famoso de todos los tiempos quienes siempre han profesado un amor sincero hacia su ciudad natal. Algunas de las canciones basadas en sus experiencias y rincones son Penny Lane, cuya calle se puede visitar, aunque el cartel original haya sido robado; o Strawberry fields, el orfanato situado justo al lado de la casa de John Lennon y que, al parecer, fue el que le inspiró a ser músico. Hoy, aunque está cerrado al público, en su entrada los fans de la banda dejan cartas, flores y diferentes obsequios. Otras paradas imprescindibles son The Cavern, el pub donde comenzaron a tocar; y The Beatles Story, el museo donde conocer su historia.

Nueva York

Woody Allen

Manhattan, Nueva York

La admiración de Woody Allen por Nueva York, más concretamente por Manhattan, queda evidenciada en sus múltiples películas. En Annie Hall la gran manzana se incorpora al film como si se tratase de un personaje más. Las vistas desde el puente de Brooklyn lograron engatusar al público, a pesar de que muchos de los escenarios que aparecen en la película han ido cambiando a pasos agigantados a lo largo de los años. Otra de sus obras que suponen un homenaje a la ciudad es Manhattan, en la que el autor nos lleva de paseo por Central Park, el Metropolitan, el Museo de Historia Natural, entre un gran número de locales y restaurantes que se han popularizado gracias a la gran pantalla. A Broadway nos lleva a través de la historia de Broadway Danny Rose, donde también sale el popular Waldorf Astoria que se repite en Delitos y faltas. Fuera de Manhattan, el cineasta nos acerca hasta Queens, el barrio donde está ambientada Días de radio.

Bremen

Los hermanos Grimm

Bremen

Una ruta por el corazón de Alemania nos lleva a conocer los escenarios que inspiraron muchos de los populares cuentos infantiles de los hermanos Grimm. Partiendo desde Hanau, la ciudad donde vivieron los autores y donde una gran escultura de ambos les rinde homenaje, el recorrido pasa por Steinau, donde se encuentra la casa donde nacieron. Continuando hasta Alsfeld se puede conocer el palacio de Hochzeitshaus, así como la casita de Caperucita roja, uno de sus libros más ilustres. La ciudad balneario de Bad Wildungen fue la que sirvió de inspiración para crear Blancanieves, mientras que el castillo de Sababurg, en Hofgeismar, fue el hogar de La bella durmiente. La ruta continúa hasta Hamelín, de donde salió el popular flautista, y llega hasta Bremen, donde los hermanos crearon al famoso cuarteto de músicos compuestos por un burro, un perro, un gato y un gallo. Su escultura se encuentra en el centro de la ciudad.

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