Destinos de esquí para los amantes de la nieve

esquiador

La nieve ha irrumpido de forma intensa en los paisajes del hemisferio norte cubriendo todo con su característico manto blanco, paradigma de los más idílicos panoramas invernales. Los apasionados del esquí se frotan las manos porque sus pistas favoritas ya se encuentran en las condiciones óptimas para poder deslizarse por sus montañas y valles.

Es un hecho que esta actividad gana cada vez más adeptos entre la población y uno de los motivos es debido a que aunque se trata de un deporte individual, presenta un marcado carácter social, ya que invita a practicarlo en grupo, con la familia y los amigos y además, permite reunir a gente de todas las edades y culturas. Pero también es una realidad que hay personas que nunca han tenido relación con esta práctica y que su terminología le suena a chino.

Esquí significa palo de madera en nórdico, así, su origen se sitúa en los países escandinavos y el noroeste de Rusia. El más antiguo hallado hasta la fecha data del 6000 a. C y unos petroglifos noruegos del 2500 a. C, muestran dibujos de cazadores con esquís. En China se encontraron textos que narran como los pueblos del norte portaban “caballos de madera” en sus pies. Lo cierto es que este artilugio se creó con la intención de solventar la dificultad para cazar, luchar o desplazarse en los territorios donde la nieve está presente durante gran parte del año y forma parte de su cultura.

A mediados del siglo XIX comienza a hacerse popular esquiar para la diversión y el entretenimiento, siendo en el año 1924 cuando se introduce como deporte de competición en los Juegos Olímpicos de invierno en Chamonix. En aquella época los esquís medían más de tres metros, las botas tenían cordones y las fijaciones eran correas de cuero. El noruego Sondre Nordheim, pionero del esquí moderno, redujo su longitud y diferenció entre la cota o anchura de la espátula o parte delantera, del patín o parte central y de la cola o parte trasera perfeccionando de esta forma las maniobras de giro y frenado.

Y desde entonces ha seguido evolucionando hasta los equipos que hay disponibles hoy en día en el mercado, los cuales, gracias al avance de la tecnología, se presentan con diseños y materiales innovadores como resinas, fibra de vidrio y aleaciones de aluminio. Así, el usuario puede elegir el tipo de esquí que necesita en función de su nivel y de sus preferencias según cómo y dónde suele practicar. El resto de la equipación la conforman los bastones, las botas, los guantes, el casco, las gafas y la ropa de abrigo.

Las modalidades de esta habilidad son el esquí alpino, cuyo objetivo es descender un sinuoso trazado marcado con balizas llamadas puertas; esquí de fondo o nórdico, que consiste en recorrer largas distancias en terrenos llanos u ondulados; esquí de travesía, que se basa en una mezcla de los dos anteriores; y freestyle o estilo libre, disciplina en la que los esquiadores dan saltos.

Son múltiples los beneficios que aporta esquiar: tonificar el cuerpo gracias al trabajo intenso que ejercen los músculos, purificar los pulmones debido al aire puro que se respira en esas altitudes, despejar la mente y disfrutar del contacto con la naturaleza al salir del bullicio de la ciudad, conocer gente y reducir el estrés, que se produce por la descarga de adrenalina que se experimenta y por la mezcla de todo lo anterior.

Si eres de aquellos a los que nunca le ha llamado la atención este deporte, tienes que saber que cualquier edad y condición es válida para iniciarte y que valorar las ventajas, te ayudará a darte cuenta de lo que te estás perdiendo o al menos, a comenzar a observarlo con curiosidad.

En cambio si eres un enamorado de esta práctica, si la nieve se ha convertido en imprescindible en tu vida y te sientes atrapado por su belleza, por el entorno romántico que crea, por el ruido que hace al crujir, por el frío que desprende, por la sensación de libertad que inspira, por la paz y la tranquilidad que emana…Si sueñas habitualmente con deslizarte por pendientes y dejar las huellas de tus esquís sobre paisajes infinitos, vírgenes e inmaculados...Si adoras los viajes que te llevan hasta tus amadas montañas y te emocionas cada vez que planeas una escapada, aquí te presentamos una relación de los mejores destinos del mundo que todo amante del esquí debería pisar algún día.

Los mejores destinos de esquí

Chamonix

A los pies del Mont Blanc, esta ciudad alpina francesa es un paraíso para el turismo. Cuenta con el teleférico más alto de Europa, el glaciar más largo y el tren cremallera más alto de Francia. Sus zonas esquiables, Brévent-Flégère, Grands Motets, el territorio de Balme y el Vallée Blancheposeen, poseen gran prestigio mundial.

Zermatt

Destino de montaña suizo mítico desde hace siglos que se encuentra próximo al Matterhorn. Dispone de pistas de esquí para todos los niveles y posee la estación más alta de Europa, abierta todos los días del año. Sus paisajes espectaculares y únicos se pueden disfrutar desde el mirador Gornergrat, el Matterhorn glacier paradise, la Cascada de Arben, el lago Riffelsee y la aldea de Zmutt.

Aspen

Esta ciudad del estado estadounidense de colorado es una de las mecas del esquí y la más famosa de su país. Sus cuatro estaciones, Aspen, Aspen Highlands, Buttermilk y Snowmass, se sitúan alrededor de un pueblo pintoresco con casas victorianas y cantinas típicas al más puro estilo americano.

Banff

La población canadiense de las Montañas Rocosas más famosa del mundo, fue fundada por buscadores de oro y en ella se pueden ver cabras o renos paseando libremente por el centro. Posee tres estaciones de esquí, Norquay, Lake Loouise y Sunshine, las cuales disponen de pistas entre bosques, claros, barrancos y laderas. Entre sus muchas actividades turísticas, están las de observar la fauna salvaje o disfrutar de las vistas panorámicas de los glaciares y manantiales naturales.

Laponia

Sus cuatro grandes estaciones de esquí, Levi, Ylläs, Pyhä-Luosto y Ruka son muy versátiles, más relajadas y menos concurridas que las de Europa Central. Presentan largas pendientes y una naturaleza agreste colmada de nieve sin montañas altas que se extiende sobre nuestros ojos hasta el infinito. Durante la noche polar se esquía bajo luces artificiales y durante la primavera se dispone para ello de eternas horas de luz.

Sierra Nevada

Referente internacional del turismo de nieve, la estación más meridional de Europa posee un clima envidiable gracias a su ubicación en tierras andaluzas. Sus 115 pistas son aptas para principiantes y expertos. Presume de nieve de gran calidad y ofrece los fines de semana esquí nocturno. Uno de sus grandes atractivos es su cercanía a la costa, lo que permite disfrutar de nieve y playa en una misma jornada.

Portillo

Ubicada en Los Andes, en la región chilena de Valparaíso, es la estación de esquí más prestigiosa de América del Sur. En ella se superó el récord mundial de velocidad de 200 km por hora y es famosa entre esquiadores expertos por sus laderas increíblemente escarpadas.

Ushuaia

Su zona de esquí está enclavada en la Cordillera de Los Andes. Sus estaciones, Francisco Jerman, Altos Del Valle, Solar del Bosque, Las Cotorras, Calafate Mountain Park, Cerro Pastor y Glaciar Martial ofrecen todas las condiciones para practicar esquí de fondo y alpino.

Cortina d’Ampezzo

Esta ciudad del norte de Italia, en el corazón  de las Dolomitas vénetas,  es muy frecuentada por la jet-set y fue sede de las olimpiadas invernales de 1956. Sus zonas esquiables son Faloria,  Cristallo,  Pocol-Totana y Cinque Torri, las cuales presentan con largos y variados descensos.

Y hasta aquí los mejores destinos de nieve para disfrutar del esquí. Si además de esquiar quieres disfrutar de los maravillosos entornos que rodean estas pistas, echa un vistazo a nuestras ofertas de viajes organizados en Exoticca.

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