¿Por qué el turismo de aventura está en auge?
Si bien el turismo de aventura ofrece varios beneficios para la salud física, no son menos los que apuntan hacia el bienestar mental. Además, este tipo de viajes también están en sintonía con la conciencia social, ya que entran dentro de un tipo de turismo más sostenible. Por eso esta manera de viajar va ganando adeptos día a día. Desglosamos y argumentamos las razones por las que el turismo de aventura está en auge.
10 razones por las que el turismo de aventura es beneficioso
Razones puramente físicas
1.- Limpiamos demasiado. Y cuando no podemos hacerlo nosotros mismos, contratamos a alguien que lo haga en nuestro lugar. El turismo de aventura conlleva cierto contacto con la tierra y el barro. Aunque no en todas las ocasiones. Los científicos han informado de que nuestra obsesión moderna por la limpieza podría estar llevando a un aumento de las alergias y el asma. Ensuciarse podría ser el mejor camino para desarrollar un sistema inmunológico más fuerte.
2.- El turismo de aventura funciona como tratamiento o método de prevención de algunos problemas de salud. Los médicos prescriben turismo activo para problemas que van desde enfermedades cardíacas hasta obesidad y trastornos por déficit de atención. Nuestro estilo de vida sedentario hace que las vacaciones sean, en ocasiones, la única época del año en la que hacemos ejercicio.
3.- La edad no es un impedimento para el turismo de aventura. Cualquier persona puede practicar el senderismo, por ejemplo. Solo hay que adaptar el viaje a las capacidades de los viajeros.
Razones relacionadas con el cerebro y las emociones
4.- Caminar hace que el cerebro crezca. Así lo establecen diversas investigaciones. Normalmente, tu hipocampo se vuelve más pequeño una vez que alcanzas los 50 años, lo que lleva a la pérdida de memoria. Pero un grupo de adultos de mediana edad que realizaron tres caminatas de 40 minutos por semana durante un año hicieron crecer sus hipocampos una media de un 2%. El turismo de aventura te mantiene pues en mejor forma mental durante más tiempo.
5.- Ir de aventuras aumenta tu tolerancia a la incertidumbre. Situarse en situaciones en las que las cosas no siempre salen según lo planeado, como en un viaje de aventura, te ayuda a aprender a lidiar con las incertidumbres de la vida. Las personas que practican turismo de aventura suelen ser más seguras y resueltas.
6.- Los viajes de aventura te permiten probar o al menos conocer modos de vida alternativos de manera segura. Una de las mejores cosas de embarcarse en una aventura es que puedes desprenderte de tus limitaciones habituales y probar cómo sería vivir en el sitio de tu elección. Y todo ello sin arriesgar nada. El turismo de aventura como test para un cambio de vida también gana fans.
7.- Los viajeros aficionados al turismo de aventuras son, contra todo pronóstico, más reflexivos que quienes no lo hacen. Una cosa es acudir a un país como Noruega a escalar sus fiordos y otra cosa hacerlo sin preparación. Cualquiera no se atreve a pasear por lugares de vértigo. Pero cuando los viajeros aventureros lo hacen, se aseguran de que no correrán ningún peligro. Y esa capacidad de reflexión y de planear las cosas se lleva a la vida diaria.
8.- El turismo de aventura alimenta tus sueños y fortalece tu confianza. Además, una vez que entras en la rueda de los viajes de aventura, el cuerpo te pedirá más y todos estos beneficios se multiplicarán con la repetición. Experimentar un desierto no parece ser suficiente. Tu espíritu viajero te pedirá más. Y cada vez que vuelves de uno de estos viajes, te encuentras cambiando. Las aventuras construyen tu confianza y te preparan para aceptar desafíos más grandes. Poco a poco, este tipo de turismo te convierte en un auténtico aventurero.
Motivos sociales
9.- El turismo de aventura ayuda a remediar un mal social. Cada vez hay menos niños genuinamente aventureros. Además, las vacaciones más domésticas tienden a eliminar la pasión de viajar. La Fundación Outdoor informa de que la participación de los jóvenes en actividades externas ha disminuido durante tres años consecutivos. Esto se salva con la participación en viajes de turismo de aventura una vez pasada la adolescencia y, desde luego, en la edad adulta. La infancia ha cambiado tanto, que ahora vivimos experiencias aventureras más tarde. Esto también nos permite disfrutarlas de una manera más consciente.
10.- El turismo de aventura tiene un impacto ecológico menor en los lugares de destino. Por lo general los grupos de viaje son menores y los viajeros más conscientes de su responsabilidad con el planeta. Por eso forma parte del conocido como turismo sostenible.
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