Halong Bay, donde viven los dragones de Vietnam
Los miles de islas que forman un laberinto natural en la bahía de Halong, en el Golfo de Tonkin, es sin duda una de las imágenes más codiciadas en los viajes a Vietnam. Y no es por falta de motivo, ya que casi dos mil islas, repartidas a lo largo y a lo ancho de 1.500 KM2 de superficie hacen que el paisaje vaya cambiando – y fascinando – a cada golpe de timón. Porque Halong sólo se visita desde el agua, a bordo de uno de los cruceros que recorren sus aguas hasta llegar al Parque Nacional de Cat Ba, situado en la isla mayor y una de las visitas ineludible en cualquier circuito turístico. Pero, lo más interesante, es explorar las docenas de cuevas y lagunas interiores que se han formado con el paso de los años en las islas, ya que al estar formadas por piedra caliza, son sensibles al paso del tiempo y a la erosión. Algunas de las más famosas son la de Luon Cave o Hang Luồn, a la que se llega en un bote de remos tras abandonar la nave principal, o la de Hang Tối o Cueva Oscura. En otra época eran los refugios secretos de los piratas o de los que se rebelaron contra el poder de los franceses en el país. En fecha más reciente también han sido el escenario de algunas de las películas de James Bond.
El mar de las leyendas
El viajar por Vietnam y la bahía de Halong también permite descubrir las múltiples leyendas que envuelven la formación de este laberinto de roca. Ha Long significa “dragón en descenso”, una referencia directa al momento en que el Emperador de Jade hizo venir a la tierra a los dragones celestiales para que defendiera a los antiguos habitantes del reino de Siam – el antiguo Vietnam – de los invasores chinos. Los dragones lanzaban joyas por la boca, en lugar de fuego, formando una muralla que, una vez petrificada, formaría el paisaje de la bahía. Otra leyenda distinta afirma que fue la serpiente marina Tarasque quien rompió una parte de la costa con sus coletazos, formando islas donde antes había playas. Lo sorprendente es que en el s.XIX un marino francés divisó en el mar una serpiente gigantesca, como la del cuento. Desde entonces hay quien dice que las nieblas que se forman en la bahía son el aliento de un dragón.
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