Mejor época para viajar a Islas Feroe
Si estás planteándote cuándo viajar a Islas Feroe, ten en cuenta que su posición en el mapa es un poquito engañosa. Aunque se encuentran más cerca de Islandia que de Europa, la verdad es que el clima es más suave de lo que parece gracias a las corrientes oceánicas. Eso sí, llueve mucho, puede que te encuentres bancos de niebla y el viento resulta traicionero. Así que, para averiguar en qué momento viajar a Islas Feroe sin correr riesgos, sigue nuestros consejos.
Cuándo viajar a Islas Feroe para disfrutar de sus paisajes de ensueño
Si vas a visitar estas Islas tan cercanas a Islandia que parece mentira que pertenezcan a Dinamarca, es probable que lo hagas por sus paisajes de ensueño. Acantilados, cascadas cuya agua fluye hacia arriba, islotes con formas curiosas, casas con tejados de césped, fiordos, praderas inmensas y lagos imposibles te dejarán con la boca abierta.
Recuerda que los vientos en este archipiélago pueden jugarte una mala pasada.
Las horas de luz en invierno no son muchas, así que un viaje a la naturaleza con poca visibilidad tampoco es la mejor opción.
Por todo ello, la respuesta a cuándo viajar a Islas Feroe para disfrutarlas hasta el último centímetro es que lo hagas entre mayo y agosto. Otros destinos están superpoblados en estas fechas, pero las Feroe siguen siendo un remanso de paz.
Busca el lago Sorvágsvath, quizá el punto más fotografiado de la isla. Es el lago más grande del archipiélago, se encuentra sobre el nivel del mar y, mientras por un lado el lago se asoma a un acantilado, por el otro se desborda en una catarata.
Cuándo viajar a Islas Feroe y visitar su capital, Tórshavn
Tórshavn es la capital de Islas Feroe. La capital, de hecho, más pequeña del mundo, ya que tiene apenas 20.000 habitantes. El contraste entre la zona más moderna, donde verás edificios de arquitectura típicamente nórdica, contrasta con el casco viejo, poblado de casitas negras cubiertas de alquitrán, ventanas blancas y tejados recubiertos de césped. El parlamento más antiguo del mundo se encuentra aquí. Lo distinguirás por sus paredes de madera roja.
La ciudad alberga dos museos: uno de arte y uno de historia de las islas y su pasado vikingo.
En la zona más moderna puedes ir de compras, comer y beber como en cualquier captar europea. Si viajas en el mes de julio asistirás a la fiesta grande del archipiélago: San Olav. Esto te permitirá ver la catedral de madera pintada de blanco por dentro.
Recuerda, Junio es la mejor fecha para visitar la capital.
El mejor momento para viajar a Islas Feroe y contemplar a los frailecillos
Si quieres saber cuándo viajar a Islas Feroe porque no quieres perderte a los frailecillos, anota de nuevo la primavera. Eso sí, recuerda que estas aves anidan entre junio y agosto. La isla de Mykines, donde viven, está próxima a convertirse en un lugar protegido precisamente por esto.
En esta misma isla encontrarás mucho más que ver, como el faro blanco con su tejadillo rojo o restos de la presencia británica durante la Segunda Guerra Mundial.
Lo que no encontrarás en absoluto son coches. No hay ni uno solo. Para las tareas agrícolas los feroeses emplean quads.
Tampoco verás vacas. Resulta que pesan demasiado y se hunden en las esponjosas praderas de las islas.
Cuándo viajar a Islas Feroe y hacer un tour de leyenda
Los paisajes del archipiélago de las Feroe son fantásticos y, por supuesto, han inspirado leyendas de todo tipo. Una vez más, la primavera y el verano son los mejores momentos para descubrir a los personajes de cuento que habitan los rincones más encantadores de las islas.
Por ejemplo, los islotes de Risin y Killingin, que se ven desde Tjornuvík y que se dice que son una bruja y un gigante convertidos en piedra a la salida del sol. Marido y mujer llegaron un buen día para robar la montaña junto a la que están, pero el amanecer los sorprendió en plena faena.
El lago Sorvágsvath es peligroso para los viajeros que no conozcan la leyenda del caballo que los tienta a cabalgar sobre su lomo y luego los ahora al meterse en el agua. Si dices su nombre, desaparece.
La leyenda de la selkie de Kalso, en el norte, te llevará hasta la escultura de una mujer foca, preciosa e imponente los días de tormenta. Su historia de venganza es triste y se dice que Kalso todavía sufre por su maldición.
En realidad, poco importa de qué manera quieras disfrutar lo mucho que hay que ver en las Islas Feroe. Procura viajar durante la primavera y el verano, cuenta con la presencia de niebla y disfruta de unas vacaciones tranquilas, fuera de los circuitos turísticos más transitados. Regresarás a casa completamente relajado y habiendo vivido una experiencia única.