BARCELONA, ODA A LA SOLIDARIDAD
Barcelona, princesa del turismo en España, ha sido golpeada por la lacra del terrorismo. Este cruel atentado ha provocado un profundo dolor, tristeza e indignación en nuestros corazones por las víctimas inocentes y todos los afectados. Pero ese dolor se alivia en cierta manera al comprobar la espléndida reacción de la gente a través de sus actos, gestos y muestras de apoyo, aportando rayos de luz a esta oscura desgracia.
Emociona sobremanera ver cómo el escenario de los hechos se inundó de una conmovedora solidaridad. En primer lugar, la reacción espontánea de locales y turistas, auténticos héroes que se apresuraron a auxiliar a los heridos en vez de huir del peligro y la loable valentía y rapidez de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Servicios de Emergencia.
Además, la ciudadanía se volcó en ayudar a todas las personas involucradas que no podían regresar a sus casas u hoteles. Miles de ofrecimientos de viviendas particulares para pasar la noche se colgaron en las redes. Varios hoteles dieron alojamiento. Los restaurantes, bares y tiendas acogieron a la multitud que entraba asustada, dotándoles de agua, comida y refugio. Los taxis cooperaron gratuitamente con sus carreras. Especialistas en medicina, psicología y traductores voluntarios acudieron rápidamente a los hospitales y también en ellos se formaron largas colas para donar sangre. Los mensajes de ánimo de mandatarios, personalidades y anónimos inundaron el espacio virtual a nivel nacional e internacional.
Un precioso homenaje en el pavimento, sobre el mosaico de Miró en forma de ofrenda floral con velas y frases de esperanza se iba haciendo cada vez más grande a medida que iban pasando las horas. Un memorial para recordar a las víctimas y para expresar el más absoluto rechazo a todas las formas de terrorismo.
La sociedad ha hablado alto y claro. Miles de personas abarrotaron el lugar de los hechos para gritar al unísono “no tinc por” y dejar constancia de que no nos van a intimidar y de que nunca triunfará el miedo, el odio ni el rencor. El eco de los aplausos resonaba en el ambiente como símbolo de unión poniendo el vello de punta. La marcha celebrada concentró a medio millón de hombres y mujeres que se manifestaron en contra de lo sucedido guardando un minuto de silencio y portando pancartas con el mencionado lema “no tenemos miedo”, defendiendo la libertad y dando un ejemplo modélico de ciudad abierta, multicultural, unida, acogedora y solidaria con sus habitantes y visitantes.
Todo esto ha mostrado la belleza interior de las personas y ha sacado a relucir las más hermosas convicciones éticas del ser humano como el valor, la hermandad, la empatía, la bondad, el afecto, la generosidad…y nos sentimos muy orgullosos de ello.
Nuestra respuesta a este acto despiadado es seguir con nuestras vidas y hábitos, con el espíritu fuerte, sonriendo y disfrutando de la existencia con nuestros familiares y amigos. Somos ciudadanos del mundo y continuaremos viajando por él para descubrir sus bonitos rincones e interesantes culturas, para conocer a gente maravillosa, ayudándonos y protegiéndonos los unos a los otros, haciendo así gala de una convivencia pacífica, del respeto y la hospitalidad que caracteriza a las personas de buena voluntad.
Para el genial poeta Federico García Lorca La Rambla de Barcelona era la única calle en la tierra que deseaba que no acabara nunca por su riqueza en sonidos y sus abundantes brisas. Y es que siempre está animada y en ella confluyen razas de todo el planeta, alberga importantes edificios, acoge a numerosos artistas callejeros y está adornada y perfumada con coloridos quioscos de flores. Ha sido, es y será siempre un lugar único lleno de vida.
Persistiremos en luchar por lo que creemos y seguiremos paseando por todas las ramblas del planeta, por todas las calles vibrantes, bulliciosas y emblemáticas del mundo, símbolos de la libertad, la fuerza y la concordia, símbolos del amor y la paz.
Porque la mejor arma es el amor y porque el camino es la paz. Porque todos somos Barcelona, porque el mundo es Barcelona.
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