Notting Hill

cabinas rojas en Notting Hill

Os proponemos una visita al Londres más pintoresco desde una nueva aventura cinematográfica.

Cuando uno piensa en la capital inglesa, vienen a la cabeza cientos de iconos británicos: el Big Ben, los Beatles, su serenísima majestad la Reina Isabel, autobuses rojos, Picadilly Circus, la lengua de los  Rolling, los Beafeeter…

Una auténtica factoría de símbolos inconfundibles en los que se respira lo británico por cada uno de los poros de sus calles y barrios.

London Buses

Hoy os invitamos a realizar un recorrido cinematográfico por Notting Hill mientras tomamos un Earl Grey Tea. Una pequeña visita a uno de los barrios más pintorescos y reconocidos internacionalmente debido al éxito del film del año 1999, que lleva por título su propio nombre.

Un barrio que a algunos puede recordar a un pequeño pueblo británico, sin dejar de perder la perspectiva de la inmensa ciudad del Támesis.

Este barrio nació a mediados del siglo XIX con aspiraciones de zona residencial de nobles y aristócratas, y en él, surgieron grandes mansiones y apartamentos de lujo.

Sin embargo, tras la de Segunda Guerra Mundial, afloraron inmigrantes afro-caribeños que le dieron al barrio cierta fama de peligroso por los continuos conflictos raciales.

En 1964 surgió la idea de celebrar cada año un carnaval el último fin de semana de agosto como medida de pacificación. Hoy en día es el más concurrido de toda Europa.

Como ocurre con barrios de otras capitales europeas que vivieron un proceso similar (en Barcelona, el Borne, o en Madrid, Malasaña o Chueca) ha logrado aunar el ambiente fashion, la cultura más indie y los lugares más cool.

Entonces, en 1999 surge nuestra película: “Notting Hill” o “Un lugar llamado Notting Hill” para el mundo hispano, título que se nos antoja más cálido.

Una comedia con Hugh Grant y Julia Roberts en los 90, era un éxito garantizado.

El personaje de Julia Roberts, Anna Scott, representaba su alter ego como actriz de éxito estadounidense visitando Londres por motivos profesionales y comentaba en la película, que había ganado 15 millones en su último film. Curiosamente este fue su sueldo por hacer ésta.

La localización era excepcional: calles llenas de encanto y casitas unifamiliares de colores.

Notting Hill

Los pestañeos tartamudeantes de Hugh Grant o la sonrisa de Julia Roberts en aquella pequeña librería de viajes del barrio, son antológicos.

Como en la peli, podemos recorrer sus mercadillos y el célebre Portobello Road, donde podremos conseguir antigüedades y artículos curiosos de toda época.

Las guías suelen recomendar el sábado como día ideal de visita, no obstante, si lo vuestro no son los bullicios, podréis pasar cualquier mañana de la semana.

Podemos disfrutar de tiendas de aire alternativo, de segunda mano, discos de vinilo… y como no, alguna librería casi idéntica a la de la película.

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La tienda de libros de Will está ubicada en el mismo Portobello, y aunque no nos atienda un gentleman de ojos azules, siempre podremos curiosear entre sus estanterías a la búsqueda de alguna guía turística.

La filmación en Notting Hill tuvo seis semanas de duración entre el Hotel Ritz, el Jardín Zen del Hempel Hotel, y el Resataurant Nobu, además de otras localizaciones.

 

El famoso rodaje de la película victoriana, dentro de la propia película, interpretada por el personaje de Julia Roberts, Anna Scott, se llevó a cabo en Kenwood House, una inmensa casona rodeada de jardines de época.

La casita de puertas azules en el 280 de Westbourne Park Road, donde residía Hugh Grant junto a su peculiar compañero Spiky, existe de verdad y lo más curioso es que el propio guionista y director Richard Curtís había vivido en ella.

Si os ha gustado esta visita, os emplazamos a repetir una nueva visita para cinéfilos próximamente en nuestro blog. Os recomendamos también la última película del director de «Notting Hill», creador de «Love Actually» o «Cuatro bodas y un funeral», actualmente en cartelera y que lleva por título «Una cuestión de tiempo», entrañable como cada una de sus obras y con la que os aseguramos cientos de sonrisas y alguna lagrimilla de emoción.

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