Kenia es uno de los mejores países del mundo para disfrutar de un safari
Conozco parte de
África, pero
Kenia era uno de los destinos que mi marido y yo estábamos interesados en conocer sobre todo por los safaris. Es una vivencia diferente que ha hecho que este viaje sea más especial que otros.
Mi hija vio la oferta de
Exoticca en internet y nos pareció que la relación calidad y precio era excelente. Os tengo que felicitar. Todo ha sido fantástico, tanto los hoteles y la atención prestada en ellos como los guías, que fueron muy majos y nos brindaron un trato muy correcto.
El marido de Teresa con una joven Masái y su hijo. Visitamos una auténtica
tribu Masái y fue una de las cosas más cautivadoras del viaje. Llegas allí “de nuevas” y es muy impactante encontrarte con ellos. ¡Es para vivirlo! Fue una experiencia única conocer una etnia tan peculiar y un privilegio observar sus costumbres de cerca. A todo el grupo nos encantó.
Van ataviados con unos atuendos de
colores vivos anudados al cuello y muchos abalorios como
collares y
brazaletes. Como anécdota curiosa tengo que destacar que unos turistas franceses se empeñaron en comprarles la túnica a dos de ellos y éstos se las vendieron encantados. Los hombres se dedican al pastoreo y tienen rebaños de ovejas y cabras. Las mujeres se encargan de las tareas del hogar y del cuidado de los niños. Tenemos una foto preciosa de una
nativa amamantando a su bebé en la que hasta se puede ver cómo le sale la leche del pecho. Una imagen muy tierna.
También nos enseñaron sus casas. El poblado se disponía en
chozas formando círculos que estaban construidas con una mezcla de barro, excrementos y paja. Como despedida nos bailaron su
danza típica que consiste en dar saltos muy altos en el mismo sitio. Fue un espectáculo muy bonito. Nunca olvidaremos la gran amabilidad con la que nos trataron. Nos pareció una visita
entrañable y
recomendable cien por cien.
Conversando con los más jóvenes. Mombasa es una ciudad muy caótica, pero hay que entender que estamos en África. Es la segunda más grande e importante del país y el principal puerto de
África oriental. Fuimos dos veces e hicimos un recorrido panorámico. En sus calles se respira historia y en la arquitectura de sus edificios se aprecian
influencias de europeos y árabes. El monumento más emblemático son unos impresionantes colmillos de elefante de aluminio que están a modo de arcos a la entrada de la ciudad, en la
avenida Moi, su vía principal.
Me gustan los animales, por lo que los
safaris en
Tsavo East me apetecían mucho. Además ha cambiado mi punto de vista al respecto porque pensaba que sólo era ver cómo se atacaban unos a otros y nada más lejos de la realidad. La naturaleza es
sabia y se muestra en
equilibrio. Impera la supervivencia, pero también el respeto y la paz.
Observar a las
leonas fue impresionante, estaban tumbadas y muy “tranquilotas”; y a ver
elefantes “te hinchas”, de ahí que el
Parque Nacional Tsavo East sea el que alberga la población más numerosa de todo el país. Además me sorprendió el hecho de que tuvieran la piel teñida de un color rojo vibrante y es porque se sumergen en el agua y luego se embadurnan de barro rebozándose por el suelo. Lo hacen para protegerse de las picaduras de los insectos y para camuflar a sus crías del ataque de los leones. Sus grandísimas orejas y sus largos colmillos impresionan mucho. También vimos manadas de
cebras,
antílopes y
jirafas comiendo de los árboles. El paisaje de la sabana era bastante árido y esos caminos de polvo rojos contrastaban con el verde de la vegetación de
acacias bajas y
baobabs.
Manada de elefantes en la Parque Nacional Tsavo East.La comida fue poco repetitiva. Se basaba en verdura, mariscos y carnes sabrosas como el cordero acompañados muchas veces por el
Ugali, una masa de harina de maíz que se sirve caliente. La
fruta tropical también era muy variada como sandía, mango, coco, piña y tamarindos.
Me encanta buscar souvenirs típicos y únicos. Soy fanática de ello en todos mis viajes. Compré una
tela de lino preciosa que tiene dibujadas unas figuras de unos hombres Masái. Nada más llegar a España la he llevado a enmarcar para que adorne una de las paredes de mi casa.
En
Diani nos dedicamos principalmente a descansar, a pasear por la playa y a darnos chapuzones en la piscina y sobre todo, a disfrutar de las instalaciones del hotel, un estupendo
resort de lujo.
Pienso que merece la pena viajar a
Kenia porque es uno de los mejores países del mundo para hacer un safari y porque vivir la experiencia indescriptible de estar en
contacto directo con la
naturaleza más salvaje, convierte al país en un destino distinto.
Cuando viajo me gusta descubrir culturas muy diferentes a la mía porque creo que la gran riqueza cultural y también emocional que aportan es impagable y ésto sin duda puedes experimentarlo en
Kenia, luego es otro punto a favor de este destino. Estoy segura de que este gran país no deja indiferente a nadie.
Dromedarios en la playa de Diani.